viernes, 20 de febrero de 2015

CORUÑA Y VIGO, HERMANDAD GALLEGA


El presidente del Club de Fútbol del Celta de Vigo, Carlos Mouriño y un jugador del cadete del Deportivo de la Coruña, Aarón Sánchez, han enseñado a la afición de ambos equipos que no todo en el fútbol es competitividad.

Pablo González
El joven Aarón, durante el encuentro que enfrentaba a estos dos equipos, recibió un golpe que le dejó inconsciente. Al ver esto, sus padres, que se encontraban entre los aficionados de las gradas, saltaron al terreno de juego a ver qué había pasado con su hijo. Tanto la madre como el padre estaban profundamente angustiados. Entonces fue cuando Carlos puso todos los medios que tenía el Celta disponibles para la familia del joven, incluso se ofreció para costear cualquier gasto extra del que requiriese la familia. Varios minutos después, Aarón despertó, y todos se tranquilizaron. Pasó esa noche en Vigo por seguridad y al día siguiente pudo volver a Coruña para continuar con su rutina diaria.
Carlos contaba que él hizo lo que habría hecho cualquier otro, porque al ver a alguien en apuros lo primero que piensas es en ayudarle. Además, decía Mouriño, que la imagen que se le había quedado grabada de ese momento es la de la madre tirada en el suelo abrazando a su hijo inconsciente.
La madre del chaval, María José Sánchez dice que “allí en medio del alboroto, de toda la gente, había un señor que no conocía de nada que me dijo que nos preocupáramos de nada que era el presidente del Celta y que se harían cargo de cualquier gasto o necesidad que tuviéramos”.
Además, los compañeros de Aarón tuvieron un muy buen gesto con él, dedicándole los goles que marcaron, peleando hasta el final y ganando el partido en su honor.
El buen ejemplo que dio el presidente del Celta no quedó aquí. CocaCola ha anunciado que Mouriño ha sido premiado con el premio Vicente del Bosque, por el buen comportamiento en el deporte.

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